Tengo un perro que se llama Ocklu y no estoy seguro de que sea un perro. Sin duda es un animal extraño, distinto a otros que he tenido. Apareció una tarde en el jardín, entre frutos caídos, cuando los veranos eran más cortos. Desde entonces permanece conmigo, desde entonces no ha parado de crecer.
Es inútil contar la historia de su crianza porque nadie encontrará en ella un indicio del presente. Ahora, todo lo que puedo decir es que en las noches sale a cazar porque la carne que le doy ya no es suficiente. Oigo cerrarse la puerta varias veces hasta el amanecer y el estrépito de los cuerpos que tropiezan con los muebles. Después es sólo un rumor: la digestión interminable.
Durante el día procuramos no estorbarnos. Cada mañana, es una transacción de golpes y pasos para saber quién ganará la mejor mitad de la casa. Cuando el encuentro es inevitable, no revelo temor, pero un agua oscura crece en mis pulmones. Inmóvil, silencioso naufragio. Lo sabe, no hay secretos para él, pero todavía soy el amo. Es necesario cuidar las apariencias: así son las cosas y fueron siempre. Tal vez por eso no hemos dejado de ir al parque, aunque nos miren extraño. El resto de los hombres está más seguro sin saber. Y en esa impostura, en esa inversión, lleva a cabo su desafío. Ocklu se convierte en el objeto de mi dolor pero también el de mi orgullo porque me hace único.
Ya casi es del tamaño de un caballo y parece tener un hambre infinita. Mis vecinos son su alimento, creo que pronto deberá buscar otras ciudades. ¡Quién dice que no vivirá mil años! Es joven y asolará imperios. Me voy quedando solo en el centro del silencio (que ya será del tamaño del mundo), pero siempre estará Ocklu, el perro, el mejor amigo del hombre.
Ocklu o el perro de la soledad fue mi primer cuento terminado, después de años con decenas de cuentos empezados, éste fue el primero que pude dejar y decir: no puedo agregar nada más. Años después, corregí el estilo y algunas partes para que no fuera taaaan borgeano, pero sigue estando ahí, en el reverso de todas las letras. Ahora, creo que cambiarlo por completo sería una traición a esa etapa, cuando no podía dejar de copiarlo. También tiene mucho del cuento de kafka del cordero-gato. En Ocklu siempre me gustó la idea de la inversión de los papeles amo-mascota y también la paradoja del animal que supuestamente está para acompañarte pero al mismo tiempo te aísla y te deja solo.
4 comments:
mi primer comment en tu blog.. habrá más?
Ta buenísimo el cuento, muy bueno. Este nolo había leído!
A qué edad lo habías empezado?
gracias
alepa
mi primer comment en tu blog.. habrá más?
Ta buenísimo el cuento, muy bueno. Este nolo había leído!
A qué edad lo habías empezado?
gracias
alepa
En la "Casa de los espíritus" hay un perro que me hizo acordar mucho a este. (seguro no te gusta mucho Allende, por los escritores que nombrás, pero vale la pena hojearlo)
bueno parece que estas lleno de admiradores...
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